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Es importante señalar que la tenencia de una mascota no implica ningún tipo de terapia con el animal, dado que no existe una intervención terapéutica de por medio con la persona mayor, ni el animal ha sido entrenado para ello. El animal no interviene como un elemento terapéutico dirigido por un profesional sociosanitario o entrenador, pero no cabe duda que aparecen beneficios de diversa índole, en la relación con el humano. El hecho de ser dueño de un animal, de ahora en adelante, nos referiremos al perro, ocasiona un efecto notable en la salud general de las personas mayores. La convivencia con animales de compañía refuerza su calidad de vida, el simple hecho de los cuidados que necesitan le ayudan y motivan a ocupar un tiempo importante en su vida diaria. Si bien es cierto, surge un aumento de estudios