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Tomando un criterio biogeográfico y geobotánico según COSTA et al.(2005), y ciñéndonos a Castilla y León, la mayor parte de los pinares de pino silvestre (Pinus sylvestris) se engloban dentro de la clasificación de pinares mediterráneos, tanto en el sistema Central como en el sistema Ibérico. Cabe destacar la presencia de un tipo de pinar eurosiberiano en el sur de la cordillera Cantábrica, fundamentalmente en las localidades de Puebla de Lillo (León) y Velilla del río Carrión (Palencia). Por otro lado, los pinares mediterráneos del sistema Central se pueden dividir en pinares mesófilos, en cotas bajas y medias en enclaves con suelos profundos, y xerófilos, sobre suelos pobres a lo largo de un amplio rango altitudinal (pinares orófilos a partir de 1.500 m) y preferentemente orientación sur, pudiéndose considerar los pinares en orientaciones norte como xero-mesófilos. Dentro de los pinares del sistema Ibérico se pueden diferenciar aquellos sobre sustratos básicos en el norte de Burgos y los ácidos sobre areniscas.

Los pinares de silvestre forman con frecuencia masas mixtas con otras especies forestales tanto en los límites altitudinales, donde se dan zonas de ecotono entre distintas comunidades, como en otras áreas donde las condiciones ambientales locales (suelo, orografía, etc.) favorecen la mezcla de especies (ORTEGA-BLANCO et al., 2017). En el límite inferior de su rango altitudinal se mezcla con otras especies propias de pisos inferiores, como el