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El deterioro cognitivo en la psicosis está demostrado por la literatura científica, y se sabe que es refractario y que no mejora a pesar de los tratamientos farmacológicos y psicoterapéuticos habituales [1]. Su relevancia se enfatiza porque es el mejor predictor de la capacidad funcional del paciente, de su posible reincorporación a un entorno laboral y de su competencia social [2-6]. Asimismo, estudios recientes sobre calidad de vida muestran que el deterioro cognitivo explica hasta el 16% de la varianza del deterioro en calidad de vida de este colectivo [7-9]. Estos pacientes sufren graves dificultades para lograr una integración social plena debido, entre otros factores, a la aún insuficiente oferta de recursos de intervención específicos, la dificultad para aplicar los existentes y el escaso atractivo de algunas herramientas. La rehabilitación neuropsicológica–también denominada intervención cognitiva, rehabilitación cognitiva o reentrenamiento cognitivo [10]–surgió para dar respuesta a esta laguna. En el entorno científico internacional, desde finales de los años noventa se inició el diseño y la edición de programas de rehabilitación neuropsicológica dirigidos a paliar o mejorar este deterioro. Primero se publicaron iniciativas dirigidas a dominios cognitivos específicos tales como la atención (p. ej., el Attention Shaping [11], que cuenta con evidencias de eficacia en población española)[12, 13]. El Cognitive Adaptation Training (CAT)[13] o el aprendizaje sin error [14] son, por su parte, enfoques compensatorios que se centran, bien en la reestructuración ambiental en el caso del CAT, bien en el reentrenamiento de una conducta supervisada para …