Después de un siglo de oscurantismo, actualmente está aceptado que una lesión en el hemisferio cerebral derecho puede generar problemas de la comunicación en alrededor del 50% de los individuos lesionados. La comunicación puede, entonces, estar alterada en sus componentes prosódicos, discursivos, pragmáticos y/o léxico-semánticos. La alteración de cada una de estas dimensiones de la comunicación se ha descrito de manera aislada en la literatura. Sin embargo, hasta el presente no se ha demostrado que estas alteraciones puedan coexistir en un mismo individuo y responder a patrones determinados. Al igual que los déficits afásicos ligados a una lesión cerebral izquierda, la descripción de los perfiles de la comunicación luego de una lesión derecha permitirá facilitar su identificación y la intervención clínica en la terapia del lenguaje. La muestra está formada por 71 individuos con lesiones del hemisferio derecho, divididos en tres nacionalidades: canadienses, brasileros y argentinos, en los que las variables clínicas y sociodemográficas han sido controladas. Se los ha evaluado con las 14 tareas lingüísticas del Protocolo MEC. El análisis jerárquico de grupos (clusters) ha permitido poner en evidencia cinco tipos distintos de perfiles de alteración clínica de la comunicación. El primero de ellos presenta alteraciones comunicacionales múltiples y severas; el segundo perfil tiene alteraciones únicamente conversacionales; el tercer grupo presenta dificultades semánticas y pragmáticas; el cuarto, déficits semánticos y prosódicos; el quinto grupo no presenta alteraciones significativas. Estos perfiles se han visto influidos, al menos parcialmente, por ciertas variables clínicas (tipo de lesión) y demográficas (edad), pero están levemente ligados al origen cultural, lo cual sugiere la existencia de perfiles translingüísticos. Este estudio, aún en desarrollo, propone una primera taxonomía de los problemas de la comunicación de los individuos con lesiones cerebrales derechas. La continuación de este estudio, junto con la exploración de las alteraciones neuropsicológicas y la localización de las lesiones, propiciará una mejor intervención clínica a largo término.